Crecen como opción más atractiva para fabricantes y consumidores por ser los únicos capaces de un ‘reciclaje real’
Los envases metálicos son en la actualidad el principal ejemplo de economía sostenible desde el punto de vista medioambiental, en lo que respecta a la industria alimentaria, convirtiéndose en una opción cada vez más atractiva para fabricantes y consumidores.
El objetivo de apostar por envases cada vez menos contaminantes, debido a las exigencias de una ciudadanía más concienciada con el medio ambiente, juega a favor de los envases metálicos, que son un modelo a seguir en cuanto a economía circular.
Y es que, los envases metálicos se pueden reciclar no sólo en su totalidad, sino que pueden reutilizarse en un proceso continuo, ya que no sufren degradación en cada ciclo del reciclaje. Es el conocido como ‘reciclaje real’. Así, una vez tratados, los envases metálicos vuelven a convertirse en materia prima, para transformarse de nuevo en el mismo producto o en otro.
Este círculo de sostenibilidad convierte a los envases metálicos en el perfecto ‘packaging verde’ para la industria alimentaria que, además, valora la seguridad y larga conservación de los productos enlatados, por su capacidad para retener las vitaminas, nutrientes esenciales y antioxidantes.
De ahí su auge en los últimos años y la importante apuesta innovadora realizada en la última década por el sector metalgráfico, logrando envases metálicos más ligeros un 30 por ciento de media, con nuevas aperturas, diseños, decoraciones e, incluso, compatibles con el uso en microondas.
Dar respuesta a este nuevo horizonte para el envase metálico es el reto de Autorema, ajustándonos a las demandas de los clientes con soluciones innovadoras a medida, de la mano de la industria 4.0. Nuestro compromiso es ofrecer la ingeniería más avanzada para que las empresas aumenten el liderazgo en su sector.